El prestigio de las piezas de Cristal de La Granja procede desde que Felipe V otorgó la condición de manufactura real a esta Fábrica. Desde entonces se ha mantenido la calidad de las materias primas y la cuidada elaboración de una producción artesanal.

El vidrio artesanal tiene una serie de características de fabricación que confieren a la pieza una singularidad especial, dotándola de la propiedad de Pieza Única. Cada pieza no forma parte de una serie, ha sido realizada manualmente por un maestro artesano, utilizando un molde histórico y siguiendo las mismas técnicas que sus predecesores en la Real Fábrica de Cristales de La Granja. Los acabados de las piezas son artesanales, pudiendo aparecer ciertas irreguralidades debidas al trabajo manual realizado. Esto no debe de considerarse en ningún caso un defecto, sino un aspecto único y exclusivo de cada una de las piezas.